lunes, 10 de marzo de 2014

Miedo a la oscuridad



El miedo a la oscuridad es muy frecuente en la infancia. Suele aparecer pronto, alrededor de los dos años  y continua siendo frecuente hasta los nueve. Es un miedo evolutivo, es decir, suele desaparecer a lo largo de los años, pero si es muy persistente y le impide dormir sólo o interfiere mucho en la vida del niño, es bueno dar una serie de pautas tanto a los padres como a él mismo para erradicarlo.

Los niños suelen relacionar la oscuridad con lo desconocido, el final de las actividades que estén realizando durante el día y la falta de papá y mamá; además en la mayor parte de los cuentos e historias infantiles los ogros, monstruos etc, habitan en sitios oscuros, mientras que las princesas y los héroes en radiantes castillos y el niño al acostarse suele echar a volar su imaginación y cualquier ruido o sombra lo interpreta como una amenaza.

 Muchos de los padres debido a este miedo de sus hijos, duermen en su habitación, o les permiten que pasen a su cama o incluso que duerman en el sofá y esto refuerza aún más este miedo.

Las principales pautas que se suelen emplear a nivel general son:

 - Jugar con el niño durante el día a juegos con las persianas bajadas:  tinieblas (escondite en la oscuridad), la gallinita ciega o la búsqueda del tesoro ( esconder por toda la casa chucherías envueltas en algún papel llamativo o algún juguete y que el niño deba buscarlo).También los juegos de sombras  son bastante útiles en estos casos.

-Intentar que el momento de irse a la cama sea un momento relajante, sin discusiones ni demasiada activación. Se deben evitar las historias de miedo, películas o juegos que puedan crearle ansiedad antes de ir a dormir. En el caso de que viera alguna película con alguna escena que le impactara siempre usar el humor, diciéndole que todo es mentira y explicándole la diferencia entre realidad y ficción.

-Es importante, que el ambiente donde duerme el niño sea agradable e ir jugando poco a poco con la luz. Al principio dejar la luz del pasillo encendida para que tengan más seguridad, después una pequeña lámpara, un piloto de luz y poco a poco ir eliminarla del todo. En el caso de que el niño tenga pesadillas o nos llame en la noche, es importante que acudamos a consolarle y no encendamos la luz, para que no asocie la luz con seguridad.

-Utilizar peluches o algún muñeco también es frecuente para que se sienta más arropado.


Como ya os hemos dicho suele ser un miedo que desaparece, en unos niños antes que en otros, pero es un miedo propio de la edad y que solemos atravesar todos, no hay que darle excesiva importancia, darle confianza y cariño y seguir estos consejos; si aún así sigue teniendo mucha ansiedad a la hora de dormir, pueden consultarnos, nuestra primera sesión es gratuita.

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