sábado, 20 de julio de 2013

Vacaciones de verano: rutinas, campamentos y deberes



Ha llegado el verano y con él, las vacaciones escolares, con todos los cambios en la dinámica familiar que eso conlleva: más tiempo libre, actividades fuera de casa, cambios en las rutinas y horarios,…
Hay muchos padres y madres que llegadas las vacaciones de los niños nos plantean dudas en relación a, sobre todo, tres cuestiones: ¿se debe ser flexible con las rutinas de descanso, horarios, etc?, ¿dejo que mi hijo vaya de campamentos? y finalmente, ¿hay que hacer deberes en vacaciones?.
En cuanto a los horarios, rutinas habituales de sueño, alimentación, etc, podemos ser un poco más flexibles, dejando que los niños se acuesten y se levanten más tarde, que jueguen un poco más a los videojuegos o vean un ratito más la tele. Muchos expertos dicen que el horario de acostarse y levantarse no debe retrasarse más de dos horas, salvo excepciones. Lo que sí que es aconsejable, es que estas rutinas se vayan acercando al horario habitual paulatinamente cuando se acerca el regreso al colegio.

Por otro lado, cada vez es más frecuente que en esta temporada de vacaciones, los niños acudan a algún campamento o campus de verano. En primer lugar, porque las vacaciones de los niños suelen ser mucho más extensas que las de los padres y estos campamentos nos aportan un entorno seguro donde atienden a nuestros hijos durante nuestro horario laboral estival. Dejando de lado este tipo de cuestiones, podemos encontrar muchas ventajas para el desarrollo de nuestros hijos: aportan nuevas experiencias de desarrollo social y emocional, los niños aprenden en un entorno lúdico, aprenden a comunicarse, convivir, integrarse. Además, hoy en día hay multitud de campus diferentes, desde los que duran un día hasta los semanales o quincenales; los que sólo son unas horas unos cuantos días, hasta los que los niños pernoctan en el campamento varios días; también encontramos desde los más lúdicos hasta los que se centran en el aprendizaje de un idioma o deporte. Para elegir el más adecuado a las necesidades de nuestros hijos tenderemos que tener en cuenta algunas cuestiones como horarios, edad del niño, qué actividades le gustaría hacer a nuestro hijo, si ha salido alguna vez a algún otro tipo de actividad fuera de la ciudad, quienes son los responsables del campamento, etc. En cualquier caso, los campus son una alternativa que no sólo va a hacer que el niño esté cuidado y entretenido durante el verano, sino que puede ser muy beneficioso para su desarrollo afectivo,  social y cognitivo.
Por último, en cuanto a los “deberes”, tenemos que decir que hay muchas opiniones al respecto, desde los que opinan que el verano el niño tiene que dejar cualquier actividad escolar, hasta los que opinan que hay que mantener una rutina durante todo el verano. En mi opinión, lo más adecuado sería un punto medio: hacemos alguna actividad un ratito al día. A no ser que el niño tenga que recuperar alguna asignatura en septiembre, donde sí que estableceríamos una rutina más estricta o incluso sería conveniente que hiciera alguna actividad de estudio controlado (las academias de “repaso”), se puede dedicar un momento del día para hacer actividades escolares. Estas actividades tendrán que ser menos rígidas que los deberes que les mandan a los niños durante el invierno. Además podemos aprovechar las actividades de veraneo para hacer esos repasos: si vamos al campo podemos intentar reconocer plantas y árboles, podemos repasar la geografía mientras hacemos un viaje, leemos los carteles del pueblo que no conocemos, clasificamos las piedras que hemos recogido en la playa,…
No debemos olvidar que, como los adultos, los niños también necesitan un tiempo de desconexión, de reactivación, de recarga de pilas, y eso, lo hacen durante las vacaciones de verano. 

¡FELICES VACACIONES!