Hoy en día, la
mayoría de los niños están sometidos a mucho estrés en su vida diaria, además
de las horas dedicadas a ir al cole, tienen actividades extraescolares que les
ocupan mucho tiempo y a veces pueden estar sobrecargados y expresar este estrés
con síntomas ansiosos como alteraciones del sueño, de la alimentación, bajones
en el rendimiento escolar, altibajos emocionales…etc.
Debemos estar alerta ante los cambios que observemos
en el comportamiento de nuestros hijos e intentar prevenir esta ansiedad.
Para ello,
lo fundamental es que lleven un estilo de vida sano, tanto físico como
emocional.
-Que tengan
una dieta rica y varada, planificando horarios de comida relajados, intentando
no ir siempre corriendo y procurando alimentos ricos en magnesio y vitamina B,
como cereales integrales, frutos secos, verduras, frutas y legumbres.
-El dormir
las suficientes horas, ocho como mínimo, sin llenar la agenda de extraescolares
y otras actividades y disponiendo de unas horas dedicadas a jugar y a divertirse. Es muy sano
que dispongan de un tiempo para ellos al día.
-Hacer
ejercicio de forma habitual, si es posible al aire libre y en contacto con la
naturaleza, pues les ayuda a liberar endorfinas, a relajarse y a socializarse
con otros niños.
Además de
todo esto, debemos de seguir une estilo educativo coherente, no exigiendo a
nuestro hijo por encima de sus posibilidades, sino adaptar ese nivel de
exigencia a las capacidades que él tenga, evitando las comparaciones con otros
niños y valorando sus aspectos positivos. El sentir que no está llegando a
nuestras expectativas puede ejercer mucha presión sobre él.
Darle cariño
y seguridad pero fomentando que vaya haciendo poco a poco las cosas solo para que
se sienta capaz de hacerlo cuando no estemos nosotros presentes para ayudarlo.
Otras
actividades que podemos realizar con ellos para tratar de prevenir esa ansiedad
son:
-Realizar
relajaciones con ellos antes de irse a dormir adaptadas a su edad, haciendo que
el niño se imagine situaciones placenteras: que está flotando en una nube, en
el mar, atravesando un bosque verde y fresco…etc, practicando una respiración
profunda y abdominal.
- Crear una
película imaginaria, un cuento en el que él es el protagonista y se enfrenta a
todos sus miedos y ansiedades resultando vencedor de esa lucha, introduciendo
afirmaciones como “soy capaz de hacer y superar esto” “estoy tranquilo”.
-O haciendo
ejercicios de concentración, como el centrarse en una imagen agradable con mucho colorido, fijándonos bien en todos sus
detalles y tratar de reproducirla en la mente, cerrando los ojos, lo más
claramente posible o concentrarnos en un sonido como el tic tac del reloj.
Lo más
importante es planificar bien el tiempo de nuestros hijos, que haya tiempo para
todo, y que se realicen todas las actividades de forma tranquila y sosegada;
intentar vivir nosotros también de esa forma, pues muchas veces, somos nosotros
los que les transmitimos nuestro estrés a ellos.